Y Eva devoró la fruta de cinco puntas en el corazón

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Phi (Fi), llamado el número de oro, es un irracional con dígitos que se extienden hasta el infinito sin seguir un patrón repetitivo. Al igual que PI nunca conoceremos todas sus cifras, tan solo aproximaciones. De momento, tenemos que contentamos con un billón y medio de decimales:
Phi=1,61803398874989484820458683436563811720309179805…

Y Eva devoró la fruta de cinco puntas en el corazón

La serpiente tentó a Eva con el número Phi
y Eva devoró la proporción áurea
saboreando la fruta de cinco puntas en el corazón.
Álgebra y belleza se retaron
y comenzó en el Paraíso el juego de tahúres.
Desde entonces la semilla envida al vacío
con la vasta armonía de las series
1.61803398874989484820458683436563811772…
y se encarna en ternura matemática
poseyendo
pétalo a pétalo,
la mano de Leonardo.

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Este misterioso número, descubierto en la antigüedad, no como ‘unidad’ sino como relación o proporción, recibe también el nombre de razón áurea, media áurea o divina proporción y ha sido objeto de interés de matemáticos, geómetras, astrónomos, artistas y filósofos que, a lo largo de la historia y cada uno a su manera, han intentado descubrir la relación entre este número y la naturaleza de la realidad. Uno de los primeros en estudiarlo formalmente fue el griego Euclides en su obra Los Elementos.
Pero esta proporción ‘dorada’ no solo se encuentra en figuras geométricas, sino también en elementos tan dispares, como caracolas, flores, ciclones o galaxias. El hombre también la ha empleado para crear belleza, tanto en las artes plásticas como en la arquitectura o la música. Precisamente por el uso que el escultor Phidias hizo de ella en sus obras, el matemático Martín Ohm la denominó Phi.

Vídeo: El Número de Oro; Phi; la Divina Proporción:

Michael John Blake interpreta una melodía creada con los primeros dígitos del número Phi:

Esta entrada fue publicada originalmente en Tam tam Press