La estrella HD 149143 se llama Rosalía de Castro

estrella Rosalia HD 149143.jpg

La estrella HD 149143  se llamará oficialmente ‘Rosalía de Castro’

Desde ahora, la estrella HD 149143 y su planeta HD 149143 b se llamarán ‘Rosalía de Castro’ y ‘Río Sar’. Se trata de una estrella amarilla enana, similar a nuestro Sol (su masa es 1.21 veces la de nuestra estrella). El exoplaneta HD 149143 b, desde ahora ‘Río Sar’, es de tipo gigante gaseoso, y su masa, como mínimo, es 1.33 veces la de Júpiter. Está muy próximo a su estrella y completa una órbita alrededor de ella en tan sólo cuatro días. Estos sistemas se encuentran en la constelación de Ofiuco a 240 años-luz de la Tierra.

Negra sombra

Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.

Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.

Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.

En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me deixarás nunca,
sombra que sempre me asombras.

Rosalía de Castro, de «Follas novas». Música de Xoán Montes Capón (Lugo, 1840-1899) inspirada en un alalá recogido en A Cruz do Incio. Fue presentado por primera en el Gran Teatro de La Habana, en 1892.

Ariana Barrabés – voz
Arabela Fernández – viola
Jesús Olivares – guitarra

Posicion-HD149143-Optico-Melinguer

Posicion de HD149143 en la constelación de Ofiuco

La estrella HD 149143 (Rosalía de Castro), forma parte del catálogo Henry Draper de estrellas, compilado a principios del s. XX por la astrónoma Annie Jump Cannon y sus colaboradoras del Observatorio de Harvard (EEUU).

exoplaneta-con-su-estrella-al-fondo.-unic3b3n-astronc3b3mica-internacional-iau-.jpg

Ilustración de un exoplaneta con su estrella al fondo. / Unión Astronómica Internacional (IAU)

El exoplaneta HD 149143 b (Río Sar), fue descubierto en 2005 desde el Observatorio de la Alta Provenza (Francia) con la técnica de espectroscopia Doppler. Es lo que se conoce como un planeta de tipo júpiter caliente.

Una luciérnaga entre el musgo brilla

Una luciérnaga entre el musgo brilla
y un astro en las alturas centellea;
abismo arriba, y en el fondo abismo;
¿qué es al fin lo que acaba y lo que queda?
En vano el pensamiento
indaga y busca en lo insondable, ¡oh ciencia!
Siempre, al llegar al término, ignoramos
qué es al fin lo que acaba y lo que queda.

Rosalía de Castro, En las orillas del Sar

Literatura celeste. Otras estrellas y planetas orbitando las letras

Stamps_of_Azerbaijan,_2013-1106

Sello dedicado a la poeta de Azerbaiyán Mahsati Ganjavi

El proyecto NameExoWorlds abarca más de 110 conjuntos de exoplanetas y estrellas anfitrionas, asignados a países diferentes. Cada uno de ellos ha organizado una campaña nacional. Además de Rosalía de Castro y Río Sar, algunos de los nuevos nombres de estrellas y planetas tienen mucho que ver con la literatura, como Solaris y Pirx del gran Stanisław Lem, elegidos por Polonia; Macondo y Melquiades, población y personaje de Gabriel García Márquez en “100 años de Soledad”,  escogidos por Colombia o; Mahsati y Ganja, elección de Azerbaiyán. Desde ahora la estrella HD 152581,  a 193 años luz de distancia en la constelación de Ofiuco, llevará el nombre de la poeta persa del siglo XII Mahsati Ganjavi (1089-1159), y el exoplaneta HD 152581 b, el de su ciudad de nacimiento, Ganja, antigua capital de Azerbaiyán, famosa por reinar en ella un espíritu de sabiduría y libertad.

solaris stanislaw lem

Otra de las opciones literarias es la deSuecia, que ha escogido el nombre de Aniara para la estrella HD 102956 e Isagel para el planeta extrasolar HD 102956 b. Aniara es un poema épico de ciencia ficción, del escritor sueco Harry Martinson en el que se narra un viaje espacial. Escrito durante la Guerra Fría, el autor emplea imágenes científicas: como por ejemplo, el «espacio curvo» de la teoría general de la relatividad de Einstein.

«Viajamos tranquilamente en este sarcófago, ya no perjudicamos, como antes, al planeta ni difundimos la paz de la muerte. Aquí podemos preguntar sin más, responder con la verdad, mientras la nave Aniara, que va sin rumbo, por la sala desierta del espacio se aleja de una era infame»
aniara Martinson

Luvina de Juan Rulfo

Arrieros en un camino, fotografía de Juan Rulfo

Arrieros en un camino, fotografía de Juan Rulfo

De los cerros altos del sur, el de Luvina es el más alto y el más pedregoso. Está plagado de esa piedra gris con la que hacen la cal, pero en Luvina no hacen cal con ella ni le sacan ningún provecho. Allí la llaman piedra cruda, y la loma que sube hacia Luvina la nombran Cuesta de la Piedra Cruda. El aire y el sol se han encargado de desmenuzarla, de modo que la tierra de por allí es blanca y brillante como si estuviera rociada siempre por el rocío del amanecer; aunque esto es un puro decir, porque en Luvina los días son tan fríos como las noches y el rocío se cuaja en el cielo antes que llegue a caer sobre la tierra.

Juan Rulfo leyendo su cuento Luvina (dos videos)

San Juan Luvina. Me sonaba a nombre de cielo aquel nombre. Pero aquello es el purgatorio. Un lugar moribundo donde se han muerto hasta los perros y ya no hay ni quien le ladre al silencio; pues en cuanto uno se acostumbra al vendaval que ahí sopla no se oye sino el silencio que hay en todas las soledades. Y eso acaba con uno. Míreme a mí. Conmigo acabó. Usted que va para allá comprenderá pronto lo que le digo..
«¿Qué opina usted si le pedimos a este señor que nos matice unos mezcalitos? Con la cerveza se levanta uno a cada rato y eso interrumpe mucho la plática. ¡Oye, Camilo, mándanos ahora unos mezcales! »
«Pues sí, como le estaba yo diciendo…»
Pero no dijo nada. Se quedó mirando un punto fijo sobre la mesa donde los comejenes ya sin sus alas rondaban como gusanitos desnudos.
Afuera seguía oyéndose cómo avanzaba la noche. El chapoteo del río contra los troncos de los camichines. El griterío ya muy lejano de los niños. Por el pequeño cielo de la puerta se asomaban las estrellas.
Juan Rulfo, (México: 1918-1986). Luvina, cuento incluido en el libro de relatos El llano en llamas (1953)
Aqui se puede leer el texto completo.


llano en llamas Rulfo

«Me llamo Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno. Me apilaron todos los nombres de mis antepasados paternos y maternos, como si fuera el vástago de un racimo de plátanos, y aunque sienta preferencia por el verbo arracimar, me hubiera gustado un nombre más sencillo. Mi padre se llamó Juan Nepomuceno, mi abuelo paterno era Carlos Vizcaíno, lo de Rulfo lo tengo por Juan del Rulfo, un aventurero que llegó a México a fines del siglo XVIII. En la familia Pérez Rulfo nunca hubo mucha paz, todos morían temprano, a la edad de 33 años, y todos eran asesinados por la espalda».
rulfo obra completa

Obra completa: El llano en llamas, Pedro Páramo, otros textos

La tabla periódica de David Jou

tablaperiodica

Miradlos: a la derecha, los gases nobles -en rojo, como los domingos, como los días de descanso, porque rehúsan combinarse y son tranquilos y ociosos-;

arriba de todo, como dos torres aisladas, el hidrógeno y el helio, los grandes dominadores del contenido del Universo -quizás fuera más lógico ponerlos como raíces que como cúpulas, puesto que son: origen, cimiento, raíz celeste-;

debajo de ellos, seis pisos más y, como dos sótanos, los lantánidos y los actínidos;

en el sexto piso, las oficinas de la vida -el carbono, el nitrógeno y el oxígeno, tan fecundos: bosques y atmósferas, energías enterradas-;

en el quinto -seguimos bajando- toda la arena de las playas y los desiertos -el silicio- y la sal de todos los mares -el cloro, el sodio y el magnesio-;

en el cuarto piso, el calcio y el potasio -que con el sodio del quinto fluyen en los nervios como los sueños- y también, como una puerta infranqueable, el hierro.

A partir de él, todo se ha formado con violencia, en grandes explosiones de supernovas: el cobre del cuarto piso, la plata del tercero y, en el segundo, el oro y el mercurio -fascinantes- y el plomo y el bario, tan densos.

En el primer piso, la brasa todavía quema: el radio -y el uranio en su sótano-, radiactivos, como sí quisieran recordarnos el tumulto atronador de su origen.

En el último sótano predomina el artificio: los átomos son muy breves, un juego de ingenio que dura el tiempo de ganar un nombre y que se deshace -ya no hacen ninguna falta: son una fatiga que el mundo no sabe muy bien como soportar.

Miradlos: aquí, los ladrillos del mundo, puestos en fila en pisos, en estantes, repitiendo regularmente propiedades, delatando una estructura más profunda,
ya no son materia eterna e inmutable, sino historia en las estrellas, rastros de tanteos, edificios de niveles y subniveles, nubes de incertidumbres, flores combinatorias.
Venimos de más allá de estas piezas, vamos no sabemos dónde, pero qué gozo, haber podido comprender detrás de ellas la belleza de una lógica del mundo!

David Jou de su poemario Las escrituras del universo escrito en catalán.
escriptures univers

La taula periòdica

Mireu-los: a la dreta, els gasos nobles -en vermell, com els diumenges, com els dies de descans, perquè refusen combinar-se i són tranquils i desvagats-;
dalt de tot, com dues torres isolades, l’hidrogen i l’heli, els grans dominadors del contingut de l’Univers -potser fóra més lògic posar-los com a arrels que com a cùpules, ja que són això: origen, fonament, arrel celest-;
sota d’ells, sis pisos més i, com dos sòtans, els lantànids i els actínids;
al sisè pis, les oficines de la vida -el carboni, el nitrogen i l’oxigen, tan fecunds: boscos i atmosferes, energies enterrades-;
al cinquè -seguim baixant- tota la sorra de les platges i els deserts -el silici- i la sal de tots els mars -el clor, el sodi i el magnesi-;
al quart pis, el calci i el potassi -que amb el sodi del cinquè flueixen en els nervis com els somnis- i també, com una porta infranquejable, el ferro.
A partir d’ell, tot s’ha format amb violència, en grans explosions de supernoves: el coure del quart pis, la plata del tercer i, en el segon, l’or i el mercuri -fascinants- i el plom i el bari, tan densos.
Al primer pis, la brasa encara crema: el radi -i l’urani en el seu sòtan-, radioactius, com si volguessin recordar-nos el tumult eixordador del seu origen.
Al darrer sòtan predomina l’artifici: els àtoms són molt breus, un joc d’enginy que dura el temps de guanyar un nom i que es desfà -ja no fan cap falta: són una fatiga que el món no sap ben bé com suportar.
Mireu-los: aquí, els maons del món, arrenglerats en pisos, en prestatges, repetint regularment propietats, delatant una estructura més profunda, ja no pas matèria eterna i immutable, sinó història en els estels, rastres de tempteigs, edificis de nivells i subnivells, núvols d’incerteses, flors combinatòries.
Venim de més enllà d’aquestes peces, anem no sabem on, però quin goig, haver pogut comprendre rere d’elles la bellesa d’una lògica del món!
David Jou Les Escriptures de l’univers: The scriptures of the universe

 

periodictable

The Periodic Table

Look at them: at the right, the noble gases – in red, like Sundays, like
holidays, because they refuse to combine and they are calm and idle–;

at the very top, like two isolated towers, hydrogen and helium, the two dominators
of the content of the Universe – maybe it would be more logical to put them as roots than as cupolas since that is what they are: origin, foundation, celestial roots–;

under them, beneath six more floors, the lanthanides and the actinides are like two basements;

on the sixth floor, the offices of life – carbon, nitrogen and oxygen, so
bountiful: woods and atmospheres, buried energy–;

on the fifth – as we continue down– under the sand of the beaches and deserts – silicon– and the salt of all seas -chlorine, sodium and magnesium–;

on the fourth floor, calcium and potassium – that with the sodium on the fifth, flow in every nerve like dreams– and also, as insurmountable as a door, iron.

Starting there, everything began to take shape violently, with great explosions of
supernovas: the copper from the fourth floor, the silver from the third and, on the second, gold and mercury – so fascinating– and lead and barium, so dense.

On the first floor, the embers still burn: radium -and uranium in its basement-,
radioactive, as if they wanted to remind us of the deafening tumult of their origin.

In the next to last basement artifice dominates: the atoms are brief, with a beguiling ingenuity that lasts just long enough to get a name and then to disintegrate – since they are no longer necessary: they are a burden the world does not really know how to handle–.

Look at them: here, these building blocks of the world, aligned in floors, shelves,
regularly repeating properties, insinuating a deeper structure,
no longer eternal and immutable material, but history in the stars, traces of
temptations, buildings with levels and sub-levels, clouds of uncertainties,
combinatorial flowers.
We come from beyond these pieces, where we are going we do not know, but what joy
that through them we have been able to understand the beauty of a logic to the world!
Traducción Elisenda Vila