Sistema periódico de Primo Levi

Primo Levi
Una visión del mundo a través de la tabla periódica

21 capítulos, cada uno dedicado a un elemento químico (Argón, Hidrógeno, Zinc, Hierro, Potasio, Níquel, Plomo, Mercurio, Fósforo, Oro, Cerio, Cromo, Azufre, Titanio, Arsénico, Nitrógeno, Estaño, Uranio, Plata, Vanadio y Carbono) le sirven a Levi como metáforas para contar historias, asociando las características de cada uno de ellos con diferentes aspectos de la vida y de las relaciones humanas. Una perfecta síntesis de química y literatura.

sistema periodico primo levi

Fragmentos de Argón, Hierro y carbono.

Capítulo 1 Argón
«En el aire que respiramos existen los llamados gases inertes. Llevan extraños nombres griegos, de raíz culta, que significan ‘el Nuevo’, ‘el Oculto’, ‘el Inactivo’, ‘el Extranjero’. Tan inertes son, efectivamente, y tan pagados están de sí mismos que no interfieren en reacción química alguna ni se combinan con ningún otro elemento, y precisamente por eso han pasado inadvertidos durante siglos. Hay que llegar a 1962 para que, tras largos e ingeniosos esfuerzos, un químico de buena voluntad lograse obligar al Extranjero (el xenón) a combinarse fugazmente con el avidísimo y no menos vivaz flúor, y la hazaña se consideró tan extraordinaria que le valió el Premio Nobel. También se llaman gases nobles, aunque aquí se podría discutir si todos los nobles realmente son inertes y si todos los inertes son nobles; se les llama también, por último, gases raros, a despecho de que uno de ellos, el Inactivo, esté presente en el aire en la respetable proporción de un uno por ciento, lo cual quiere decir que es veinte o treinta veces más abundante que el anhídrido carbónico, sin el cual no existirían rastros de vida sobre nuestro planeta».

Capítulo 4 Hierro
«Por fuera de las paredes del Instituto Químico era de noche, la noche de Europa. Chamberlain había vuelto engañado de Múnich, Hitler había entrado en Praga sin disparar un tiro, Franco había tomado Barcelona y se asentaba en Madrid. La Italia fascista, pirata menor, había ocupado Albania, y la premonición de la catástrofe inminente se condensaba como una rociada viscosa en las casas y por la calle, en las conversaciones cautelosas y en las conciencias adormecidas».

Capítulo 21 Carbono
«Ocurre, pues, que cada elemento le dice algo a cada uno (a cada cual una cosa diferente), igual que pasa con los valles o las playas visitados durante la juventud. Y sin embargo, tal vez convenga hacer una excepción con el carbono, porque a todos se lo dice todo. Quiere decirse que no es específico, de la misma manera que Adán no es específico como antepasado, a no ser que aparezca hoy (¿y por qué no?) el químico-estilista que haya dedicado su vida entera al grafito o al diamante. Y sin embargo, precisamente con el carbono tengo una vieja deuda, contraída en días decisivos para mí. Al carbono, elemento de la vida, se refería mi primer sueño literario, insistentemente soñado en un momento y un lugar en los cuales nadie hubiera dado mucho por mi vida. Mire usted por dónde, quiero contar la historia de un átomo de carbono.
¿Es lícito hablar de «un cierto» átomo de carbono? El químico podría ponerlo un poco en duda, porque hasta nuestros días (1970) no se conocen técnicas que permitan ver, y por lo tanto aislar, a un átomo solo. Para el narrador, en cambio, no existe la menor duda, y por eso se dispone a narrar.
Nuestro personaje, como es sabido, yace desde hace cientos de millones de años ligado a tres átomos de oxígeno y a uno de calcio, bajo forma de roca calcárea. Trae ya a las espaldas una larguísima historia cósmica, pero vamos a pasarla por alto. Para él el tiempo no existe, o existe sólo bajo el aspecto de perezosas variaciones de temperatura, a tenor de los días y de las estaciones, si afortunadamente para este cuento su yacimiento no está demasiado lejos de la superficie del suelo. Su existencia, en cuya monotonía no se puede pensar sin horror, es una alternancia despiadada de calores y fríos, es decir, oscilaciones (siempre de igual frecuencia) más o menos restringidas o amplias; total, para un personaje potencialmente tan vivo, un encarcelamiento digno del infierno católico. Así pues, hasta el momento, al carbono le va mejor el tiempo presente, que es el de la descripción, que uno cualquiera de los tiempos pasados, que son los tiempos del que cuenta. Se ha quedado congelado en un eterno presente, apenas arañado los estremecimientos moderados de la agitación térmica».
El sistema periódico, publicada en 1975. La edición española, apareció en 1978, en Alianza Tres, con traducción de Carmen Martín Gaite.
Primo Levi (Turín 1919-1987) de origen judío sefardí y químico de profesión, se unió a los partisanos en 1943 y fue apresado y llevado a Auschwitz, donde fue el prisionero 174517 hasta su liberación por parte de los soldados rusos al final de la Segunda Guerra Mundial.

Ballena varada en la Bahía de Fundy

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En la Bahía de Fundy, Nueva Escocia, una ballena gigante agitó su poderosa cola creando tal resonancia que el agua sigue fluyendo hacia atrás y hacia adelante, hasta nuestros días.
Leyenda de los indios Micmac

 

Ballena varada en la Bahía de Fundy

Una ballena azul varada en la isla de Brier, Nueva Escocia,
en el horizonte, las nubes dibujan su figura.
Invadidos sus pulmones por la tierra
el espíritu se aferra a la bahía,
mientras el cuerpo asciende y se eleva
para ver la grandeza del océano.
Las rutas migratorias, desde el cielo,
son estelas de pulsos y gemidos,
constelaciones brillando bajo el agua.
Agotada en la arena,
la marea la arrulla con voz de luna oscura
y el aliento encallado comienza a flotar,
adentrándose en la brisa
como una lluvia mínima.
Y,
en un último soplo,
el oleaje mece su aleta caudal,
susurrando leyendas
de ballenas guardianas varadas en el cosmos.
Hacia el sur, la estrella Mira Ceti se hunde en el océano.
En la Bahía de Fundy el latido del mar
descubre el último abrazo de las costas,
cuando los continentes eran como inmensos cetáceos.

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Situada en la costa atlántica de Canadá, la Bahía de Fundy es un brazo de mar de unos 270 km de longitud, una anchura media de 80 km y relativamente poco profunda. Se formó hace unos 160 millones de años, cuando la corteza terrestre se hundió en el momento de la apertura del océano Atlántico. En ella desembocan numerosos ríos lo que, unido a su forma de embudo y a la topografía irregular del fondo, provoca mareas que alcanzan casi 17 metros, de las más extremas del planeta.

Las fuertes mareas de Fundy provocan una inversión del flujo de las aguas entre las mareas bajas y altas; con las bajas las aguas dulces de los ríos desembocan en la bahía mientras que con las altas, las aguas saladas invaden el interior de las tierras. Se calcula que unos cien millones de toneladas de agua van y vienen todos los días –lo que supera el caudal combinado de todos los ríos del mundo–.

Este fenómeno agita los fondos marinos de la zona liberando nutrientes que son utilizados por toda la fauna marina. En Fundy pueden verse diferentes especies de ballenas, sobre todo en verano, cuando llegan procedentes de las aguas más cálidas del sur.

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La Constelación de Cetus o de la Ballena se extiende a lo largo del ecuador, su cabeza se orienta al norte y la mayor parte de su cuerpo al sur. Está situada en la región celeste conocida como Agua, próxima a las constelaciones de Aquarius y Piscis y parece sumergirse en el mar.

Su estrella más brillante es Omicron Ceti, descubierta en 1596 por el astrónomo David Fabricius, y por sus características se la denominó Mira, ‘La Maravillosa’.

Mira Ceti aparece y desaparece periódicamente cumpliendo un ciclo de once meses; pasa de verse a simple vista a no verse en absoluto, y fue la primera estrella variable conocida.

Hoy se sabe que se trata de una gigante roja, a 420 años luz, que se encuentra en las últimas fases de su vida. Sorprendentemente, en 2007, la NASA descubrió que arrastraba una estela en forma de cometa de unos 13 años luz.
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Este poema se publicó originalmente en la sección de “Poesía y Ciencia” en TAM TAM PRESS