Tres poemas para tres científicas

Poemas dedicados a la paleontóloga Mary Anning, a la astrofísica Jocelyn Bell y la astrónoma Henrietta Leavitt.

Placeres desconocidos en la constelación de la Zorra

Urania asoma la cabeza en la Pequeña Nube de Magallanes

Retrato de paleontóloga con perro

Mary_Anning_by_B._J._Donne

Mary Anning con su perro Tray

Mary Anning realizaba a diario, junto a su perro Tray, arriesgadas expediciones por los acantilados de la costa de Dorset buscando fósiles, un trabajo duro y peligroso que casi le cuesta la vida. En 1833, debido a un deslizamiento de tierra, su perro se despeñó y ella estuvo a punto de precipitarse al vacío.

A Mary Anning

Cada día, Mary camina al paraíso de los dragones voladores y los peces lagarto,
viaja millones de años atrás,
hasta un tiempo profundo habitado por extrañas criaturas.
Durante la tormenta, cuando el oleaje agita las páginas rocosas de la Tierra,
llega la hora de los fósiles.
En compañía de Tray, Mary va hacia los acantilados azules,
sabe que con el vendaval los pterosaurios despliegan las alas
y que las sirenas cisne reptan por la arenisca,
de alguna forma, los monstruos siempre acaban en las manos de Mary.
La tempestad deja a la intemperie las vértebras del Jurásico,
desnuda el tiempo geológico y, también, el dolor,
despeñando a Tray en el abismo.
Hubo un tiempo en que la costa estuvo bajo un mar tropical;
a su manera, ‘Duria Antiquior’ fue un Edén
y los despojos todavía duermen en las rocas
esperando los embates de las olas.
Conchas de moluscos primitivos
se desperezan con la marea baja
y brillan, entre los guijarros de la playa,
como espirales de cuerno de carnero.
Mary guarda en su cesta las reliquias,
algunas las venderá por pocos chelines,
con otras reconstruirá delfines lagarto y serpientes pez.
Hay huesos que encadenan alfabetos
y relatan historias sorprendentes,
muy distintas a las que cuentan los libros sagrados.
Mary ignora, o tal vez no,
que sus seres quiméricos resquebrajan paradigmas,
y que algunas creencias ya están en extinción,
como sus criaturas.

Mary Anningilustración

Mary Anning and the Sea de Jessica Bromley Bartram

Portrait of paleontologist with dog

Mary Anning performed daily, along with her dog Tray, risky expeditions on the cliffs of the Dorset coast looking for fossils, a hard and dangerous work that almost cost her life. In 1833, due to a landslide, her dog fell down and she was about to rush to the void.

To Mary Anning

Every day, Mary walks to the paradise of the flying dragons and the lizard fishes,
she travels millions of years ago,
until a deep time inhabited by strange creatures.
During the storm,
when the waves shake Earth’s rocky pages,
The weather of the fossils arrives.
In the company of Tray, Mary goes towards the Blue Lias cliffs,
she knows that with the gale the pterosaurs unfold the wings
and that the swan sirens crawl through the sandstone,
In some way, the monsters always end up in Mary’s hands.
The tempest leaves the Jurassic vertebrae in the open,
nakeds the geological time and, also, the pain,
throwing Tray in the abyss.
There was a time when the coast was under a tropical sea;
in its own way, ‘Duria Antiquior’ was an Eden
and the remains still sleep on the rocks
waiting for onslaught of the waves.
Shells of primitive mollusks
they stretch at low tide
and they shine, among the pebbles of the beach,
like a ram’s horn spirals.
Mary keeps the relics in her basket,
some will sell them for a few shillings,
with others it will rebuild lizard dolphins and fish snakes.
There are bones that link alphabets
and they tell astonishing stories,
very differents from those that count the sacred books.
Mary ignores, or maybe not,
that their chimerical beings cracked paradigms,
and that some beliefs are already extinct,
as her creatures.

Elena Soto

 

La paleontóloga del Jurásico

La Bahía de Lyme, en el Canal de la Mancha, es un tramo de costa en el que la erosión ha dejado al descubierto una secuencia de formaciones rocosas, que abarca un periodo de unos 200 millones de años. Actualmente, Lyme Bay se conoce popularmente como Costa Jurásica, debido a que los primeros descubrimientos fósiles de numerosos reptiles prehistóricos se realizaron en este lugar y, entre los hallazgos más notables, destacan los de la paleontóloga autodidacta Mary Anning (1799-1847) que, con su trabajo, contribuyó al cambio radical en la manera de entender la historia de la Tierra.
Anning había nacido en la ciudad de Lyme Regis, situada en plena Costa Jurásica, su padre era un carpintero que completaba los ingresos buscando fósiles en los acantilados y playas de la zona, una tarea en la que le ayudaban sus hijos. Pero, tras su muerte, la familia se quedó sin recursos y la venta de fósiles se convirtió en su única fuente de ingresos.
El descubrimiento que marcaría la pasión de Anning por la paleontología se remonta a 1811, cuando encontró, junto con su hermano Joseph, un extraño cráneo, de lo que parecía ser un cocodrilo. En esta época se utilizaba la biblia para interpretar las ideas científicas y nada se sabía de extinciones, ni dinosaurios, por lo que lo más lógico era pensar que se trataba de un animal moderno. Pero, con todo, Anning siguió con su búsqueda y su tesón se vio compensado, un año después, cuando encontró un esqueleto de más de cinco metros de largo que no guardaba parecido con ningún animal conocido.

Dibujo cráneo de un ictiosauro encontrado por los Anning.

Dibujo del cráneo de ictiosaurio

A comienzos del siglo XIX el coleccionismo de fósiles estaba de moda y los turistas que visitaban la zona acostumbraban a llevarse alguna pieza como recuerdo, por lo que los hallazgos de Anning empezaron a llamar la atención en los círculos científicos. En 1812, encontró un extraño esqueleto que fue adquirido por el naturalista Bullock, quien lo expuso en casa de Londres, despertando el interés de la sociedad inglesa por aquel “pez lagarto”, que denominaron ictiosaurio; posteriormente el ejemplar fue vendido al Museo Británico y sobre él se publicaron numerosos artículos, en los que nunca se mencionó quien lo había descubierto, incluso se atribuyó la cuidadosa preparación del fósil a la plantilla del museo.
Anning encontró varios ictiosauros más durante el período de 1815–1819, incluyendo esqueletos casi completos de diferentes tamaños, que fueron la base de publicaciones científicas de miembros de la Geological Society of London. Tras estos, llegaron otros importantes descubrimientos, como el de dos esqueletos de otra especie desconocida, bautizada como Plesiosaurio. El hallazgo despertó de nuevo el interés de los científicos y, también, la polémica. El geólogo William Daniel Conybeare escribió un artículo sobre el descubrimiento, pero en ningún momento la citó, a pesar de que había dibujado muchos de los bocetos que acompañaban a su publicación; y el naturalista Georges Cuvier la acusó de fraude y solo, tras una exhaustiva investigación, reconoció que era un fósil legítimo y que se había equivocado.

L0022370 Autograph letter concerning the discovery

Dibujo de Mary Anning del fósil  Plesiosaurus dolichodeirus,

Otra de sus contribuciones fue el descubrimiento de que los fósiles de belemnites, moluscos ya extintos parecidos a los calamares, contenían sacos de tinta fosilizada o que los coprolitos, conocidos como piedras bezoar, eran heces fosilizadas. Aunque llegó a ser conocida en los círculos geológicos internacionales y a su tienda acudieron expertos de todo el mundo, la tónica general fue silenciar su trabajo. Sus hallazgos y conocimientos, no le impidieron tener dificultades financieras durante la mayor parte de su vida.
En 1826, fundó la tienda Almacén de fósiles Anning y salía cada día a los acantilados, junto a su perro Tray, realizando arriesgadas expediciones que a punto estuvieron de costarle la vida. En 1833, debido a un deslizamiento de tierra, su perro se despeñó y ella casi se precipita al vacío. Mary no era una simple fosilista, leía todo lo que se publicaba sobre paleontología, diseccionaba peces y sepias comparándolos con los fósiles que encontraba y podía decir mucho de un animal a partir de un solo fragmento; había aprendido por su cuenta más de lo que sabían los expertos de la época.
Pero Anning fue considerada una intrusa en la sociedad científica británica; sufrió una doble discriminación, por ser mujer y por proceder de clase baja. En una sociedad tremendamente clasista, ella no era más que la hija de un carpintero. Si hubiera formado parte de la comunidad científica, probablemente tendríamos mucha más información sobre sus descubrimientos. Solamente escribió una vez en una revista científica y se limitó al fragmento de una carta que envió a la redacción de la publicación The Magazine of Natural History. Ya en el siglo XX el geólogo, biólogo evolutivo Stephen J. Gould comentó “El inicio de la Paleontología de Vertebrados debe más a Mary Anning que a Buckland, Conybeare, Owen y otros hombres de ciencia que estudiaron los fósiles que ella encontró”.
Más allá del descubrimiento de especies, sus pruebas paleontológicas contribuyeron a que se dieran cambios fundamentales a principios del siglo XIX en la manera de entender la vida prehistórica y fueron claves para demostrar la extinción, un elemento indispensable para el posterior desarrollo de la teoría de la evolución.

Duria_Antiquior 1830

Duria AntiquiorUn Dorset más antiguo») Acuarela pintada en 1830 por el geólogo inglés Henry De la Beche basado en fósiles encontrados por Mary Anning.

11 de febrero poesía y ciencia

cartel-11feb.jpg

El 11 de febrero ha sido declarado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, el blog Establo de Pegaso se une a la celebración con una breve antología de poesía y ciencia escrita por mujeres.
Comienzo con un poema dedicado a la paleontóloga Mary Anning: «Retrato de paleontologa con perro». Dos poemas de Adrienne Rich, Planetarium y Poder; el primero inspirado en la astrónoma Caroline Herschel y el segundo en la científica Marie Curie. La selección continúa con Materia oscura y energía oscura de Alicia Ostriker, dedicado a Vera Rubin, la astrofísica que aportó las primeras evidencias de la existencia de la materia oscura.
La poeta y ensayista Diane Ackerman combina literatura y ciencia; en su obra Los Planetas: Una Pastoral Cósmica, realiza un recorrido lírico por el Universo y sus fenómenos. Titán, la enigmática luna de Saturno y Venus son dos de sus poemas. Sigo con Los naturalistas de Alison Hawthorne, la química y poeta española María Cegarra, pionera en el uso de motivos científicos y técnicos en su poesía; el número Pi de Wislawa Szymborska.

caroline-herschel-sello

Planetarium de Adrienne Rich

Inspirado en Caroline Herschel (1750-1848),
astrónoma, hermana de William, y en otras…

Una mujer con apariencia de monstruo
un monstruo con apariencia de mujer
son frecuentes en el cielo
una mujer «en la nieve
entre relojes e instrumentos
o midiendo el suelo con varas»
descubriendo a sus 98 años
ocho cometas
Sobre ella, que gobernó la luna
como sobre nosotras
levita en el cielo nocturno
viajando muy lejos con lentes brillantes
Galaxias de mujeres, cumpliendo
penitencia por su impetuosidad
nervios gélidos
en esos espacios de la mente
Un ojo
«viril, preciso y absolutamente seguro»
desde las oscuras telarañas de Uranusbor
encuentra la NOVA
cada impulso de la luz estalla
desde el centro
volando como nuestra vida
Tycho susurra al fin
«Que no parezca que he vivido en vano»
Lo que vemos, vemos
la visión está cambiando
la luz que marchita una montaña
y le permite a un hombre vivir
Los latidos del pulsar
el corazón exudando por el cuerpo
El impulso de radio
que viaja desde Taurus
Estoy bombardeada pero aun así me yergo
He permanecido de pie toda la vida en medio
de la trayectoria directa de una serie de señales
el más transmitido precisamente el más
intraducible lenguaje en el universo
Soy una nube galáctica tan profunda tan intrincada
que una onda de luz tardaría 15
años en llegar hasta mí. Y ha sucedido.
Soy un instrumento con forma
de mujer intentando traducir pulsaciones
a imágenes para aligerar el cuerpo
y reconstruir la mente.
Adrienne Rich “Planetarium” de The Fact of a Doorframe: Selected Poems 1950-2001.
Planetarium

Thinking of Caroline Herschel (1750—1848)
astronomer, sister of William; and others.

A woman in the shape of a monster
a monster in the shape of a woman
the skies are full of them
a woman ‘in the snow
among the Clocks and instruments
or measuring the ground with poles’
in her 98 years to discover
8 comets
she whom the moon ruled
like us
levitating into the night sky
riding the polished lenses
Galaxies of women, there
doing penance for impetuousness
ribs chilled
in those spaces of the mind
An eye,
‘virile, precise and absolutely certain’
from the mad webs of Uranusborg
encountering the NOVA
every impulse of light exploding
from the core
as life flies out of us
Tycho whispering at last
‘Let me not seem to have lived in vain’
What we see, we see
and seeing is changing
the light that shrivels a mountain
and leaves a man alive
Heartbeat of the pulsar
heart sweating through my body
The radio impulse
pouring in from Taurus
I am bombarded yet I stand
I have been standing all my life in the
direct path of a battery of signals
the most accurately transmitted most
untranslatable language in the universe
I am a galactic cloud so deep so invo-
luted that a light wave could take 15
years to travel through me And has
taken I am an instrument in the shape
of a woman trying to translate pulsations
into images for the relief of the body
and the reconstruction of the mind.
Adrienne Rich, “Planetarium” from The Fact of a Doorframe: Selected Poems 1950-2001.

marie

Poder

Vida en los sedimentos de tierra de nuestra historia
Hoy una excavadora sacó a la luz de un flanco de tierra desmoronada
una botella color ámbar perfecta con un remedio
centenario para la fiebre o un tónico para la melancolía
para vivir en esta tierra en los inviernos de este clima.
Hoy leía sobre Marie Curie:
debe haber sabido que enfermaba de radiación
su cuerpo bombardeado durante años por el elemento
que ella misma había purificado.
Parece que negó hasta el final
el origen de las cataratas de los ojos
de la piel agrietada y supurante de las yemas de los dedos
hasta que ya no pudo sostener un tubo de ensayo o un lápiz.
Murió como mujer famosa negando
sus heridas
negando
que sus heridas provenían de la misma fuente que su poder.
Power – Poem by Adrienne Rich en inglés.

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Alicia Ostriker

verarubinandromeda

Materia oscura y energía oscura
Mi marido dice que la materia oscura es una realidad
no solo una teoría inventada por computadoras adolescentes
puede probar que existe y está en todas partes
formando halos invisibles alrededor de todo
y de alguna manera debido a la gravedad
sosteniendo todo libremente unido
la forma en que un niño quiere escapar de sus padres
y no quiere … ¿qué es eso?
no sabemos lo que es pero sabemos que es real
la forma afectuosa en que nuestros padres y madres
siguieron con furia órbitas fijas alrededor
uno del otro como ratones en una pista
la manera en que cada átomo humano y cada átomo
corre a través del espacio envuelto en su invisible
halo, esta gran sombra, es la oscura materia oscura
amor, mientras que las galaxias
en la riqueza de sus feroces burbujas protectoras
se miran una a la otra
incapaz de cesar
orgullosamente
retrocediendo.
Poema de Alicia Ostriker dedicado a la astrofísica Vera Rubin.

dark-matter

Dark Matter and Dark Energy

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Diane Ackerman

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Titán, la enigmática luna de Saturno

En Titán, calentado por una manta de hidrógeno,
los volcanes helados arrojan amoniaco
arrancado de un corazón gélido. Lavas
líquidas y heladas sostienen un imperio
más grande que Mercurio, y que se parece un poco
a la primitiva Tierra: llanuras asfálticas y calientes
estanques minerales. Pero
cómo me gustaría tomar las aguas de Titán, bajo
ese cielo surcado por el humo
donde el suelo está borroso por la neblina rojo cereza
y arriba, como vientres flotantes,
nubes
elevándose y moviéndose, de las que llueve
sopa primigenia, mientras la vida espera en las alas.

Diane Ackerman

Titan, the enigmatic moon of Saturn

On Titan, warmed by a hydrogen blanket,
ice-ribbed volcanoes jet ammonia
dredged out of a glacial heart. Liquid
and frozen assets uphold an empire
bigger than Mercury, and even a little
like primitive Earth: asphalt plains and hot
mineral ponds. But
how I’d like to take the waters of Titan, under
that fume-ridden sky,
where the land’s blurred by cherry mist
and high above, like floating wombs,
clouds
tower and swarm, raining down primeval
bisque, while life waits in the wings.

Diane Ackerman versión en inglés

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Venus

Bajo llave y perpetuo,
un silbido giratorio
de rayas blancas
a su alrededor; tafetán
una toca como el manto de una monja;
Una voluptuosa fulana con una boa rosa;
Momia con negros
sedimentos disecados en su interior; estrella avispa
para los galileos Mayas;
Un paciente ambulatorio
Envuelto en gasa postoperatoria;
Cleopatra en agosto-
Su carne ondulada
en un espejismo de calor
a años luz
de Alejandría;
Pulpa blanca pegajosa
con forma de espiga
a través del vientre de una larva;
La perfecta cortesana:
servicial, insensible,
plegada con enigmas,

Venus silenciosamente muta
En su torre de marfil.

En lo profundo de este
libidinoso albedo
hay temperaturas tan altas
que hierve el plomo,
presiones
90 veces más rigurosas
que las de la Tierra.
Y a pesar de las capas de nubes
y de los estratos de calina
parecen respirar
como fuelles gigantes,
que exhalan y suspiran
cada 4 días,
el capullo venusiano
no es una alegre crisálida
que cría una libélula
o que infunde vida
a una retraída larva
sino una jadeante atmósfera
de cuarenta millas de grosor
de ácido sulfúrico, clorhídrico
y fluorhídrico
transpirando todo
como un terrario global,
letal, ácido, absorto en sí mismo.
Ningún musgo esfagno
Ni helecho polipodio por aquí
Donde los vapores candentes
Y la bilis rosada
recuerdan el incendio
con el que comenzó el Universo.

Diane Ackerman. The Planets: A Cosmic Pastoral

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Alison Hawthorne

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Los naturalistas
Cuando los naturalistas
ven un montón de excrementos,
corren hacia ellos
como si una rara orquídea
hubiera florecido en su camino.
Desmenuzan
los zurullos desecados
recuperan un grueso
pelo negro de jabalí
o la cáscara de un piñón
como si desenterraran gemas.
Se arrodillan
la nariz en las flores,
a un micrómetro de distancia- flores del vientre,
les llaman, porque se aprecia mejor
lo que hay debajo
si se está acostado. Lomatium,
calabaza búfalo, criptógamas
para ellos son indicios de
parte de la memoria genética
fosilizada en sus cerebros,
una antigua música que intentan
recordar porque,
a pesar de que no pueden
escuchar la melodía, saben
que la podrían cantar
que incluso su propia naturaleza
ira, lujuria, muerte
y terrores parecerían
tan hermosos como las
algas endolíticas
que liberan nitrógeno
en las rocas para que
los enebros puedan ordeñarlas.

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María Cegarra Salcedo (1903 – 1993) la primera mujer perito químico de España y poeta pionera en el uso de motivos científicos y técnicos en su poesía.

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Hidrocarburos que dais la vida: Sabed, que se puede morir
Aunque sigáis
Reaccionando; porque no tenéis risa ni aliento, ni mirada, ni
Voz. Solo cadenas.


La química lo afirma; pero se engaña. No existe la saturación


He sido
una sencilla profesora de química.
En una ciudad luminosa del sureste.
Después de las clases contemplaba el ancho mar.
Los dilatados, infinitos horizontes.
Y los torpedos grises de guerras dormidas.
He quemado mis largas horas en la lumbre
de símbolos y fórmulas. Junto a crisoles
de arcilla al rojo vivo hasta encontrar la plata.
No he descubierto nada.
No tengo ningún premio.
A Congresos no asistí.
Medallas y diplomas
nunca me fueron dados.
Minúscula sapiencia para tan grandes sueños.
Pequeñez agobiante para inquietudes tantas.
Y rebelde ha surgido, como agua en desierto,
el manantial jugoso, intenso, apasionado,
-dulce herencia entrañable- que tiene la riqueza
de llenar de poesía tan honda desolación.

De «Desvarío y fórmulas»
Amiga de Miguel Hernández, éste le dedicó el soneto de El rayo que no cesa, “para mi queridísima María Cegarra con todo el fervor de su Miguel Hernández”

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Wislawa Szymborska

wislawa

El número Pi de Wislawa Szymborska
El admirable número Pi
tres coma uno cuatro uno.
Las cifras que siguen son también preliminares
cinco nueve dos porque jamás acaba.
No puede abarcarlo seis cinco tres cinco la mirada,
ocho nueve ni el cálculo
siete nueve ni la imaginación,
ni siquiera tres dos tres ocho un chiste, es decir, una comparación
cuatro seis con cualquier otra cosa
dos seis cuatro tres de este mundo.
La serpiente más larga de la tierra suma equis metros y se acaba.
Y lo mismo las serpientes míticas aunque tardan más.
El séquito de digitos del número Pi
llega al final de la página y no se detiene,
sigue, recorre la mesa, el aire,
una pared, una hoja, un nido de pájaros, las nubes, hasta llegar
directo al cielo,
perderse en la insondable hinchazón del cielo.
¡Qué breve la cola de un cometa, cual la de un ratón!
¡Qué endeble el rayo de un astro si se curva en la insignificancia
del espacio!
Mientras aqui dos tres quince trescientos diecinueve
mi número de teléfono la talla de tu camisa
el año mil novecientos sesenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco céntimos
dos pulgadas de cintura una charada y un mensaje cifrado
que dice vuela mi ruiseñor y canta
y también se ruega guardar silencio,
y se extinguirán cielo y tierra,
pero el número Pi no, jamás,
seguirá su camino con su nada despreciable cinco
con su en absoluto vulgar ocho
con su ni por asomo postrero siete,
empujando, ¡ay!, empujando a durar
a la perezosa eternidad.
Wislawa Szymborska (Prowent, 1923 – Cracovia, 2012)

 

En la web 11 de febrero aparecen todas las actividades que se celebrarán desde el lunes 6 de febrero al domingo 19 de Febrero de 2017.

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