After Math de Alexandra Agner

diagrama_Nightingale
Gráfico estadístico, conocido como ‘la Rosa de Nightingale’, que muestra en diferentes colores las causas de la mortalidad del ejército británico.

«Hay que lograr a través de los ojos lo que no somos capaces de transmitir a las mentes de los ciudadanos a través de las palabras» decía. Para conseguirlo, Florence Nightingale empleo un tipo de gráfico estadístico, el Diagrama de la Rosa, hoy denominado gráfico de área polar.
La Rosa de Nightingale mostraba el número de defunciones de la milicia británica y sus principales causas, añadiéndole la novedad del color -el azul era el número de muertes por enfermedades infecciosas, el rojo por las heridas y el negro debido a otras causas-, lo que permitía hacer comparaciones a primera vista y transmitir claramente el mensaje.

After Math by Mary Alexandra Agner

Florence Nightingale, 1820-1910

Vale más que mil palabras, por lo general,
miles muertos
fueron entintados en un nautilo coloreado
en cámaras que contaban cadáveres
separados por enfermedad, espada o bala.
Manten esta caracola en la oreja;
escucha solo el eco de los latidos.
Los números nunca tuvieron esa voz
hasta que Florence dibujó
estas cuñas con cresta para los muertos.

En el mundo moderno
las imágenes no son epifanías.
Agrupe todos esos cadáveres …
todo resumido y representado en gráficos a mano
y el siglo XIX
sufriría de podredumbre y tuberculosis
donde hoy vemos un diagrama circular.

Nightingale, cántanos la dulce canción
de las estadísticas, matemáticas hechas
para mejorar la suerte del hombre,
y de la salida que Dickens escribió,
sus miles palabras
para derribar tu representación.
Da voz a los fantasmas de la guerra
a nosotros que estamos acostumbrados a lo que queda
después de los explosivos y el fuego de ametralladoras.

Dibuja filas y columnas de nosotros, ahora,
para que podamos vernos a nosotros mismos
y que cambie el argumento.

El poema After Math de Mary Alexandra Agner ha sido publicado en el blog Intersections Poetry with Mathematics y traducido al español por mí.

After Math by Mary Alexandra Agner

Florence Nightingale, 1820-1910

Worth one thousand words, usually,
but thousands dead
were inked as a colored nautilus
with chambers counting corpses
by disease or sword or bullet.
Hold this shell to your ear;
hear only your heartbeat’s echo.
Numbers never had such voice
until Florence drew
coxcomb wedges for the dead.

To the modern world,
pictures are not epiphanies.
Lump together all those bodies–
summed and graphed by hand–
and the nineteenth century
would ache with rot and TB
where today we see a piechart.

Nightingale, sing us the sweet song
of statistics, math made
to improve man’s lot,
and of the sortie Dickens wrote,
his thousand thousand words
to overthrow your picture.
Sing up the ghosts of war
to we who are inured to what remains
after explosives and machine-gun fire.

Sketch the rows and columns of us, now,
that we might see ourselves
and plot to change.

Florence Nightingale fue una enfermera pionera en la visualización de datos, que aplicó sus conocimientos de estadística a la epidemiología y a la sanidad.
Cuando estalló la Guerra de Crimea, Nightingale junto a un equipo de enfermeras voluntarias partió para Scutari, la principal base de operaciones británica ubicada en la actual ciudad de Estambul. A su llegada comenzó a imponer estrictas normas de salubridad, a recopilar datos y a poner en práctica sus conocimientos matemáticos, analizando las causas que producían unas tasas tan elevadas de mortalidad en el ejército. Observó que la mayoría de los soldados fallecían por enfermedades infecciosas. Las condiciones de insalubridad provocaban más muertes que las causas propias de la guerra. Florence denunció la situación, y para persuadir a las autoridades utilizó los gráficos estadísticos.
Este tipo de representación, que ya se había inventado en el siglo XVII, se limitaba a barras o círculos para presentar la información, sin embargo, Nightingale vio en ellos la herramienta perfecta para leer la realidad sanitaria y poder hacer propuestas que provocaran cambios reales. Para defender su teoría había tomado datos sobre las muertes de soldados, fue analizando su evolución, y observó como disminuían a medida que se iban mejorando las condiciones higiénicas del hospital.
Consciente de que nadie iba a dedicarse a mirar los datos en bruto, decidió ordenarlos para que visualmente fueran claros y fáciles de entender. Para conseguirlo, empleo un tipo de gráfico estadístico, el Diagrama de la Rosa, hoy denominado gráfico de área polar.
La Rosa de Nightingale era demoledora; mostraba el número de defunciones de la milicia británica y sus principales causas, añadiéndole la novedad del color -el azul era el número de muertes por enfermedades infecciosas, el rojo por las heridas y el negro debido a otras causas-, lo que permitía hacer comparaciones a primera vista y transmitir claramente el mensaje de que las muertes por infección eran mayoritarias. El diagrama fue tan contundente que Florence consiguió convencer al Gobierno británico de la necesidad de reformas sanitarias.
Sus aportaciones al campo de la Estadística fueron reconocidas con su nombramiento en 1858 como miembro de la Royal Statistical Society, siendo la primera mujer en acceder a ese cargo. En 1874 se convirtió en miembro honorífico de la American Statistical Association e impulsó, junto a Francis Galton, la creación de una nueva cátedra de Estadística en Oxford, donde se estudiara la aplicación de esta materia en educación, sanidad o criminología, pero el proyecto no prosperó.

Sobre la autora
Mary Alexandra Agner escribe sobre mujeres muertas, telescopios y secretos.
Sus estudios superiores incluyen ciencias de la Tierra y planetarias y escritura creativa.
Lleva toda la vida observando el universo y escribiendo sobre él.
Es autora de The -OLOGISTS (Dancing Girl Press 2019), The Scientific Method (Parallel Press 2011) y The Doors of the Body (Mayapple Press 2009). Sus poemas han aparecido en North American Review, Boxcar Poetry Review, Isotope y otras revistas.

Contribución a la estadística

Wislawa-Szymborskaestadistica

Contribución a la estadística

De cada cien personas,
las que lo saben todo mejor:
cincuenta y dos,
las inseguras de cada paso:
casi todo el resto,
las dispuestas a ayudar,
siempre que no dure mucho:
¡hasta cuarenta y nueve!,
las buenas siempre,
porque no pueden ser de otra forma:
cuatro, o quizá cinco,
las dispuestas a admirar sin envidia:
dieciocho,
las que viven continuamente angustiadas
por algo o por alguien:
setenta y siete,
las capaces de ser felices:
como mucho, veinte y pico,
las inofensivas de una en una,
pero salvajes en grupo:
más de la mitad seguro,
las crueles
cuando las circunstancias obligan:
mejor no saberlo
ni siquiera aproximadamente,
las sabias a posteriori:
no muchas más que las sabias a priori,
las que de la vida no quieren nada más que cosas:
cuarenta,
aunque quisiera equivocarme,
las encogidas, doloridas
y sin linterna en la oscuridad:
ochenta y tres,
más tarde o más temprano,
las dignas de compasión:
noventa y nueve,
las mortales: cien de cien.
Cifra que por ahora no sufre ningún cambio.

Wislawa Szymborska (Prowent, actual Kórnik, 2 de julio de 1923 – Cracovia, 1 de febrero de 2012) poeta, traductora  y periodista.

Wislawa-Szymborskapoems

Poems New and Collected Wislawa Szymborska.

 

El silencio de las plantas

La relación unilateral entre vosotras y yo
no va mal de todo.

Sé lo que es hoja, pétalo, espiga, piña, tallo
y lo que os pasa a vosotras en abril y en diciembre.

Aunque mi curiosidad no es correspondida,
me inclino especialmente sobre algunas
y hacia otras levanto la cabeza.

Tengo nombres para vosotras:
arce, cardo, narciso, brezo,
enebro, muérdago, nomeolvides,
y vosotras no tenéis ninguno para mí.

Hacemos el viaje juntas.
Y durante los viajes se conversa ¿o no?
se intercambian opiniones al menos sobre el tiempo
o sobre las estaciones que pasan volando.

Temas no faltan, porque nos unen muchas cosas.
La misma estrella nos tiene a su alcance.
Proyectamos sombras según las mismas leyes.
Intentamos saber cosas cada una a su manera
y en lo que no sabemos también hay semejanza.

Lo aclararé como pueda, preguntadme y ya está:
qué es eso de ver con los ojos,
para qué me late el corazón
o por qué mi cuerpo no echa raíces.

Pero cómo contestar a preguntas nunca hechas,
si además se es alguien
para vosotras tan nadie.

Musgo, bosque, prados y juncales,
todo lo que os digo es un monólogo
y no sois vosotras quienes lo escucháis.

Hablar con vosotras es necesario e imposible.
Urgente en una vida apresurada
y está aplazado hasta nunca.