Número π, David Jou

nuneropi-jou

Antes de la primera danza, ¿existió el perímetro?
Los astros
no miden el camino que recorren,
en el círculo de las olas
el agua ignora al agua y cada punto sigue las leyes,
con inercia.
Hasta que alguien dividió por vez primera
el perímetro del círculo y el diámetro,
y nació, inalcanzable, el número π
y fue como un rayo en una sala de espejos,
omnipresente,
ocupando las cúpulas celestes,
el período de los péndulos, el volumen de las estrellas,
la energía de la luz en equilibrio,
los saltos de los electrones en los átomos,
hasta perder su eco de pasos descalzos sobre la arena.

El nombre π

Abans de la primera dansa, hi hagué perímetre?
Els astres
no compten el camí que fan,
als cercles de les ones
l’aigua ignora l’aigua i cada punt segueix les lleis,
inertament.
Fins que algú va preguntar-se a la vegada
pel perímetre del cercle i el diàmetre
i va néixer, inabastable, el nombre π,
i va ser com un llampec en una cambra de miralls,
omnipresent,
ocupant les cúpules celests,
el període dels pèndols, el volum de les estrelles,
l’energia de la llum en equilibri,
els salts dels electrons dintre dels àtoms,
fins a perdre el seu ressó de passos nus sobre la sorra.

escrituras-del-universo

El número π

A Pilar Bayer
A F Walter Mayerstein

3 La longitud de la circunferencia,
la longitud del diámetro:
dejémonos llevar por la fuerza su cociente,

1 siempre el mismo, constante, eterno,

4 tres coma catorce,
tres coma catorce dieciséis,
primeros balbuceos de un río infinito
de decimales sin período, siempre nuevos,

1 único e infinito, único y diverso,

5 tres coma catorce,
el recuerdo escolar de tantos cálculos,
tres coma catorce dieciséis,
el recuerdo de números en clave,
como barcos en un puerto,

9 humeantes, a punto de partir
río abajo, mientras el agua fluye
hecha números y caricia,
y el lomo de los cocodrilos de las preguntas
que van haciendo los matemáticos
anuncia ya todo tipo de peligros:
es fácil que una de ellas os pille
en sus mandíbulas plagadas de agudezas
y os arranque años de vida con un problema,

2 el área del círculo
dividida por el cuadrado del radio

6 seductor, desafiante,
muy difícil de resolver,
pero tan atractivo que ni siquiera os déis cuenta
de que estáis quemando en él la vida,
de tan adentro como os ha entrado
aquella pregunta que tan pocos pueden comprender,

5 y los cinco sentidos se ponen al acecho
de algo más allá de los cinco los sentidos,
de las extrañas propiedades de un número
llamado irracional y que desborda la razón,
pero que está en el fondo de la razón del universo.

3 El primer problema: calcularlo,
obtener más y más decimales,
cada vez más decimales,

5 penetrando cada vez más en un mundo
que ya no pertenece al universo de la medida
–si medís las longitudes
de circunferencias reales, de diámetros reales,
y obtenéis su cociente,

8 sólo hallaréis dos decimales, tres decimales,
quizás cuatro decimales del número
(lo que sabían los egipcios):
los otros quedarán más allá
de los límites de la precisión de la medida-;
una definición, pues, que parece tan simple,
–un cociente de dos longitudes que estáis viendo
dibujadas en el papel–

9 y lleva, en cambio, a un desbordamiento de decimales.
¿Y cómo han calculado tantos decimales?
Durante más de dos mil quinientos años,
los que se atrevieron a embarcarse en la aventura,
siguiendo los pasos del gran Arquímedes,
inscribían polígonos en un círculo,
decágonos, dodecágonos, pentadecágonos,
polígonos de más y más lados,
y calculaban su perímetro

7 y lo dividían por el diámetro del círculo circunscrito;
naturalmente, cuanto más lados,
más se aproxima el polígono a la circunferencia
y más precisión se consigue en los decimales,
pero también encontraban
más y más dificultades;
parece duro, lo sé,

9 parece árido, lo sé,
pero también sé ver los atractivos
de navegar por un río en una selva espesa,
sin saber cómo será su curso un poco más allá,
ahora lento –decimales pequeños–,
ahora rápido –decimales grandes–,
siempre fluyente pero siempre impredictible:
¿cuál será el siguiente decimal?
¿Valdrá dos?, ¿valdrá cinco?, ¿valdrá nueve?

3 no hay manera de saberlo,
salvo que hagáis el cálculo;
¿cuál será el valor del decimal quinquagésimo?

2 el área de la esfera
dividida por cuatro veces el cuadrado del radio,

3 no hay otra manera de saberlo
que hacer todos y cada uno de los cálculos
que conducen hasta este decimal,

8 es decir, calcular todos los decimales anteriores
sin saltarse ni uno
–como en el tiempo de nuestra vida:
no hay otra manera de saber
lo que pasará dentro de un año
que vivir día a día todo el año,
hora a hora, minuto a minuto todo el año,
un tiempo, pues, diferente del tiempo de los astros,

4 previsible a largo plazo.
Pero sigamos con los decimales del número π:
el método de los polígonos se hace largo y fatigoso:
¿habría forma de hallar un camino más rápido?

6 John Wallis, hacia mil seiscientos ochenta,
encuentra (en Oxford) que π puede ser expresado
-tomad nota-
como el doble del producto de los cuadrados
de todos los números pares
dividido por el producto de los cuadrados

2 el volumen de la esfera
dividido por cuatro tercios del cubo de su radio,

6 de todos los números impares;
parece misterioso, lo sé,
no es evidente, ni fácil de demostrar,
pero es un salto, ¿no lo véis?:
hemos pasado, por primera vez en dos mil años,
de la geometría a la aritmética,

4 vemos el número π con una luz diferente,
nos cuesta reconocer en este cociente
de productos de números
aquel cociente de longitudes inmediatas,

3 tan directamente visibles y sensibles,
y ahora nos parece arisco y misterioso,
pero su cálculo se ha hecho más fácil,

3 más y más decimales;
el proceso se acelera todavía más
cuando se hallan otras formas aritméticas

8 de escribir el número π, :
como suma de potencias,
como suma de inversos de potencias,
como raíz de sumas de inversos de potencias…
Pero se necesita, para eso,
afinar los instrumentos de las matemáticas,
inventar las derivadas,
inventar las integrales

3 –¿inventar o descubrir?:
observad que son conceptos diferentes
que suponen, también, ideas muy diversas

2 dos veces el producto de los cuadrados de todos los pares
dividido por el producto de los cuadrados de todos los impares

7 sobre qué son los números y la mente–,
inventar series de Taylor,
inventar series de Fourier,
inventar muchos otros procedimientos
que no quiero mencionar para evitar
que este escrito deje de ser lo que quiero:
un poema, en cierta forma, y no una lección

9 de matemáticas o historia
–por eso no hablo de otras propiedades
del número π, como la transcendencia,
ni doy ningún detalle de lo que digo.
No hablo de fórmulas concretas,
sino de emociones que he sentido,
y que antes que yo han sentido otros,
y que sentirán muchos otros cuando ya no esté,
emociones de belleza y de vértigo

5 de viaje y de aventura,
de esfuerzo, de derrota, de victoria,
de rebeldía, de perseverancia,
de fusión con el mundo y de lejanía del mundo,
que algún día también sentiréis vosotros

0

2 el área de la elipse,
dividida por el producto de sus ejes,

8 si pensáis, con detalle, en este número
o en otros números que le son familiares
–la raíz cuadrada de dos, por ejemplo,
es decir, el cociente de la diagonal
y el lado de un cuadrado,
cociente irracional
que amargó la vejez de Pitágoras,
quien había enseñado que el mundo

8 estaba hecho de números puramente racionales
–pero ¡qué ironía, que dos formas,
el círculo y el cuadrado, que encontramos por doquier,
rehúsen expresarse en estos números!.
Pero podéis preguntaros más cosas
que cuál será el siguiente decimal:
con los ordenadores, el proceso se ha acelerado
enormemente y conocemos ya

4 miles de decimales,
en lugar de los quinientos a que se había llegado
con el ingenio y las fuerzas estrictamente humanas;
así, pues, suponed que ya tenemos

1 miles de decimales,

9 todos ellos irrelevantes a efectos prácticos,
salvo los cinco primeros o, como mucho,
de los quince o veinte primeros, hilando fino.
Os podéis preguntar por la abundancia
relativa de las diversas cifras:
la del uno, la del dos, la del tres, la del cuatro,
la del cinco, la del seis, la del siete, la del ocho,
la del nueve, la del cero.
Pues bien: se comprueba –pero mucho antes

7 de que esto hubiera sido comprobado ya lo había demostrado
Borel y otros matemáticos–
que la abundancia relativa de las diversas cifras
es la misma,
que la abundancia relativa de todos los grupos de dos cifras
–quince, veintitrés, noventa y cinco, por ejemplo–
es la misma

1 que la abundancia relativa de todos los grupos de tres cifras

6 –ciento veintiuno, quinientos veintitrés, pongamos por caso-
es la misma,
y así sucesivamente para grupos
de más y más cifras;
en otras palabras: es seguro
que en los decimales de π, encontraréis la fecha

9 de vuestro nacimiento
(23-10-1953, en mi caso,
o bien 31-4-1592, si nos fijamos
en las siete primeras cifras de pi)
y también la fecha de vuestra muerte
(que no sabréis reconocer,
como en mi caso),
y vuestro número de teléfono;
más aún: si designamos las letras mediante números

3 -1 la A, 2 la B, 3 la C, 4 la D
y así sucesivamente–
sabed desde ahora que vuestro nombre está escrito

9 en los decimales del número π, ,
y que en algún lugar del número π, podéis hallar,
juntos, vuestro nombre y el de vuestro amor
y el nombre de vuestros hijos,
y las fechas del nacimiento y de la muerte
de cada uno de vosotros
Es vertiginoso, ciertamente, pero he de decir
que al lado de vuestro nombre también está escrito
el nombre de cualquier hombre o mujer

9 que hayan existido o que nunca existirán:
es, pues, vertiginoso y fútil:
está toda vuestra historia
pero también todas las otras posibles historias
que habríais podido vivir,
todos los otros amores
que hubierais podido tener,
de manera que lo dice todo y nada,
como algunos oráculos antiguos,

3 o como pasa a menudo cuando se habla demasiado.
Si miráis el número π, después de haber leído
este poema, os parecerá, quizás, vertiginoso,

7 como un pozo sin fondo, como un infinito
que se despliega ilimitadamente delante vuestro,
pero moriréis antes de haber podido leer
una mínima parte de sus decimales.
En el número π, hay el reposo y el movimiento
(como en el círculo),
la eternidad y el tiempo

5 (como en Dios),
la finitud y la infinidad
(como en el universo),
la armonía y el caos
(como en el mundo):

1 una definición breve y precisa,

0

5 y una inacabable sucesión de decimales
que no repiten su orden en ningún período.
Pero hay casos aún más inquietantes:
números que no es posible definir,
retahílas infinitas de decimales

8 colocados al azar, al puro azar,
números, pues, que nunca podréis reducir
a una definición breve y concisa,
como π, o raíz de dos,
sino números que son movimiento sin reposo,
caos sin armonía, tiempo sin eternidad,
números que ni tan sólo podemos pronunciar,
números que nos recuerdan que el mundo es inefable,

2 la longitud de la circunferencia
dividida por dos veces el radio

9 y por eso conviene que, de vez en cuando,
la poesía hable de esta clase de números
que comparten con ella los límites del lenguaje,
y quien sabe si del mundo,
tal como los números hablan en ella
mediante los acentos, las sílabas, las estrofas.
O quizás son números que no pueden existir
si es que el mundo, en el fondo, es palabra
–no nuestra, claro está, sino de un Dios

7 que hubiera querido hacerse palabra a la medida
de nuestra limitada capacidad de escucha–,
pero esto nos conduciría a otros derroteros
–los de Dios y de su presencia
en el mundo y en nosotros–
que convendría no esquivar como lo hacemos,
tan desdeñosamente, en estos tiempos.

4 Pero me detengo aquí
y doy por acabado este poema
–de hecho, inacabado y discursivo–,
sabiendo, empero, que el número π, sigue,

9 caudaloso como todos los ríos juntos,
con más cifras que gotas el Nilo o el Ganges,
el Volga o el Amazonas,
con más cifras que granos de arena
hay en todas las playas de la Tierra,
con más cifras que átomos hay
en todos los planetas del sistema solar,
y rehusando siempre un orden claro y repetitivo,
como un río espumoso y turbulento, infinito,

4 pero también lento, sutil, discreto,
modesto en su apariencia
pero con más propiedades que oro hay
en las minas del mundo,

4 o hasta que Dios se canse de él y diga basta,
y haga terminar el universo por la fatiga
de tener que soportar números como éste,
el número π.

David Jou, Les Escriptures de l’univers  Este poema en su versión original en catalán puede leerse en este enlace.

«La tarea de divulgador y ensayista científico ha tenido para mí el aliciente de situarse entre mis dos actividades principales: la física y la poesía. La física me ha proporcionado el conocimiento; la poesía, cierta sensibilidad por la vertiente humanística». David Jou es catedrático de Física de la Materia Condensada de la Universidad Autónoma de Barcelona, especializado en termodinámica y mecánica estadística de procesos irreversibles, área en que ha publicado unos doscientos artículos en revistas internacionales y varios libros.

El Día de Pi, Pi Day

sin-pi-no-soy-nada

El 14 de marzo es el día internacional de π y en España la iniciativa «Sin π no soy nada’ organiza diferentes actividades y propuestas que puedes consultar en el programa y secciones de la web, como EnRÉDate con π y Cafés con π o certamen π.

 

Titán y Venus de Diane Ackerman

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Titán, la enigmática luna de Saturno
En Titán, calentado por una manta de hidrógeno,
los volcanes helados arrojan amoniaco
arrancado de un corazón gélido. Lavas
líquidas y heladas sostienen un imperio
más grande que Mercurio, y que se parece un poco
a la primitiva Tierra: llanuras asfálticas y calientes
estanques minerales. Pero
cómo me gustaría tomar las aguas de Titán, bajo
ese cielo surcado por el humo
donde el suelo está borroso por la neblina rojo cereza
y arriba, como vientres flotantes,
nubes
elevándose y moviéndose, de las que llueve
sopa primigenia, mientras la vida espera en las alas.
Diane Ackerman

Titan, the enigmatic moon of Saturn
On Titan, warmed by a hydrogen blanket,
ice-ribbed volcanoes jet ammonia
dredged out of a glacial heart. Liquid
and frozen assets uphold an empire
bigger than Mercury, and even a little
like primitive Earth: asphalt plains and hot
mineral ponds. But
how I’d like to take the waters of Titan, under
that fume-ridden sky,
where the land’s blurred by cherry mist
and high above, like floating wombs,
clouds
tower and swarm, raining down primeval
bisque, while life waits in the wings.
Diane Ackerman versión en inglés.

venus-magallanes

Venus

Bajo llave y perpetuo,
un silbido giratorio
de rayas blancas
a su alrededor; tafetán
una toca como el manto de una monja;
Una voluptuosa fulana con una boa rosa;
Momia con negros
sedimentos disecados en su interior; estrella avispa
para los galileos Mayas;
Un paciente ambulatorio
Envuelto en gasa postoperatoria;
Cleopatra en agosto-
Su carne ondulada
en un espejismo de calor
a años luz
de Alejandría;
Pulpa blanca pegajosa
con forma de espiga
a través del vientre de una larva;
La perfecta cortesana:
servicial, insensible,
plegada con enigmas,

Venus silenciosamente muta
En su torre de marfil.

En lo profundo de este
libidinoso albedo
hay temperaturas tan altas
que hierve el plomo,
presiones
90 veces más rigurosas
que las de la Tierra.
Y a pesar de las capas de nubes
y de los estratos de calina
parecen respirar
como fuelles gigantes,
que exhalan y suspiran
cada 4 días,
el capullo venusiano
no es una alegre crisálida
que cría una libélula
o que infunde vida
a una retraída larva
sino una jadeante atmósfera
de cuarenta millas de grosor
de ácido sulfúrico, clorhídrico
y fluorhídrico
transpirando todo
como un terrario global,
letal, ácido, absorto en sí mismo.
Ningún musgo esfagno
Ni helecho polipodio por aquí
Donde los vapores candentes
Y la bilis rosada
recuerdan el incendio
con el que comenzó el Universo.

Diane Ackerman. The Planets: A Cosmic Pastoral

dianeackerman

María Cegarra

María Cegarra Salcedo (1903 – 1993) la primera mujer perito químico de España y poeta pionera en el uso de motivos científicos y técnicos en su poesía.
maria-cegarra

Hidrocarburos que dais la vida: Sabed, que se puede morir
Aunque sigáis
Reaccionando; porque no tenéis risa ni aliento, ni mirada, ni
Voz. Solo cadenas.

@@@@@@@@@@@
He sido
una sencilla profesora de química.
En una ciudad luminosa del sureste.
Después de las clases contemplaba el ancho mar.
Los dilatados, infinitos horizontes.
Y los torpedos grises de guerras dormidas.
He quemado mis largas horas en la lumbre
de símbolos y fórmulas. Junto a crisoles
de arcilla al rojo vivo hasta encontrar la plata.
No he descubierto nada.
No tengo ningún premio.
A Congresos no asistí.
Medallas y diplomas
nunca me fueron dados.
Minúscula sapiencia para tan grandes sueños.
Pequeñez agobiante para inquietudes tantas.
Y rebelde ha surgido, como agua en desierto,
el manantial jugoso, intenso, apasionado,
-dulce herencia entrañable- que tiene la riqueza
de llenar de poesía tan honda desolación.

@@@@@@@@@@@@@@@@
Fórmulas son, no tengo otros tesoros
pero les pongo vida para que tú las sientas
Todas van en la cuartilla
ingrávidas
Fácilmente se ocultan
hay un tesoro en esas letras
que yo sola veo y comprendo.

@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@

Con dos letras y un número,
el agua en la pizarra muriéndose de sed.
La primavera penetraba en el aula
abriendo sus inmensas pupilas de universo.
Arrebatando la calma y el sosiego
con su caliente aliento de vitales sorpresas.
Un dorado abejorro, irónico, zumbón,
entregaba su vuelo
a la gota de linfa desecada.
Insistía en borrar el esqueleto de tiza
indiferente.
y surgieron, los vi, os lo aseguro,
manantiales rotundos.
Rumorosos torrentes.
Lagos serenos, mares.
Balsas verdes con mirada de hombre.
Ríos desafiando orillas.
Caprichosos arroyos…
y la lluvia sutil y dulce
para el sofoco de la tierra.

Yo puse mis lágrimas.
Las guardadas lágrimas amargas.

@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@@

Sentí una honda tristeza
al suspender al alumno vestido de negro.
Era como un árbol quemado.
Pantalón de hulla.
Jersey de grafito.
El cabello recordaba la turba.
Lignito en los zapatos.
Los ojos de azabache.
En un dedo un diamante
sus destellos lanzaba…
Presentó las cuartillas en blanco
sin escribir una palabra
del tema del carbono.
¡Cuánta tristeza sentí al suspenderle
siendo él yacimientos!
María Cegarra, amiga de Miguel Hernández, éste le dedicaría el soneto de El rayo que no cesa, “para mi queridísima María Cegarra con todo el fervor de su Miguel Hernández”.

Lengua poética y lengua técnica: creación y ciencia de Pilar Díez de Revenga, Universidad de Murcia

11 de febrero poesía y ciencia

cartel-11feb.jpg

El 11 de febrero ha sido declarado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, el blog Establo de Pegaso se une a la celebración con una breve antología de poesía y ciencia escrita por mujeres.
Comienzo con un poema dedicado a la paleontóloga Mary Anning: «Retrato de paleontologa con perro». Dos poemas de Adrienne Rich, Planetarium y Poder; el primero inspirado en la astrónoma Caroline Herschel y el segundo en la científica Marie Curie. La selección continúa con Materia oscura y energía oscura de Alicia Ostriker, dedicado a Vera Rubin, la astrofísica que aportó las primeras evidencias de la existencia de la materia oscura.
La poeta y ensayista Diane Ackerman combina literatura y ciencia; en su obra Los Planetas: Una Pastoral Cósmica, realiza un recorrido lírico por el Universo y sus fenómenos. Titán, la enigmática luna de Saturno y Venus son dos de sus poemas. Sigo con Los naturalistas de Alison Hawthorne, la química y poeta española María Cegarra, pionera en el uso de motivos científicos y técnicos en su poesía; el número Pi de Wislawa Szymborska.

caroline-herschel-sello

Planetarium de Adrienne Rich

Inspirado en Caroline Herschel (1750-1848),
astrónoma, hermana de William, y en otras…

Una mujer con apariencia de monstruo
un monstruo con apariencia de mujer
son frecuentes en el cielo
una mujer «en la nieve
entre relojes e instrumentos
o midiendo el suelo con varas»
descubriendo a sus 98 años
ocho cometas
Sobre ella, que gobernó la luna
como sobre nosotras
levita en el cielo nocturno
viajando muy lejos con lentes brillantes
Galaxias de mujeres, cumpliendo
penitencia por su impetuosidad
nervios gélidos
en esos espacios de la mente
Un ojo
«viril, preciso y absolutamente seguro»
desde las oscuras telarañas de Uranusbor
encuentra la NOVA
cada impulso de la luz estalla
desde el centro
volando como nuestra vida
Tycho susurra al fin
«Que no parezca que he vivido en vano»
Lo que vemos, vemos
la visión está cambiando
la luz que marchita una montaña
y le permite a un hombre vivir
Los latidos del pulsar
el corazón exudando por el cuerpo
El impulso de radio
que viaja desde Taurus
Estoy bombardeada pero aun así me yergo
He permanecido de pie toda la vida en medio
de la trayectoria directa de una serie de señales
el más transmitido precisamente el más
intraducible lenguaje en el universo
Soy una nube galáctica tan profunda tan intrincada
que una onda de luz tardaría 15
años en llegar hasta mí. Y ha sucedido.
Soy un instrumento con forma
de mujer intentando traducir pulsaciones
a imágenes para aligerar el cuerpo
y reconstruir la mente.
Adrienne Rich “Planetarium” de The Fact of a Doorframe: Selected Poems 1950-2001.
Planetarium

Thinking of Caroline Herschel (1750—1848)
astronomer, sister of William; and others.

A woman in the shape of a monster
a monster in the shape of a woman
the skies are full of them
a woman ‘in the snow
among the Clocks and instruments
or measuring the ground with poles’
in her 98 years to discover
8 comets
she whom the moon ruled
like us
levitating into the night sky
riding the polished lenses
Galaxies of women, there
doing penance for impetuousness
ribs chilled
in those spaces of the mind
An eye,
‘virile, precise and absolutely certain’
from the mad webs of Uranusborg
encountering the NOVA
every impulse of light exploding
from the core
as life flies out of us
Tycho whispering at last
‘Let me not seem to have lived in vain’
What we see, we see
and seeing is changing
the light that shrivels a mountain
and leaves a man alive
Heartbeat of the pulsar
heart sweating through my body
The radio impulse
pouring in from Taurus
I am bombarded yet I stand
I have been standing all my life in the
direct path of a battery of signals
the most accurately transmitted most
untranslatable language in the universe
I am a galactic cloud so deep so invo-
luted that a light wave could take 15
years to travel through me And has
taken I am an instrument in the shape
of a woman trying to translate pulsations
into images for the relief of the body
and the reconstruction of the mind.
Adrienne Rich, “Planetarium” from The Fact of a Doorframe: Selected Poems 1950-2001.

marie

Poder

Vida en los sedimentos de tierra de nuestra historia
Hoy una excavadora sacó a la luz de un flanco de tierra desmoronada
una botella color ámbar perfecta con un remedio
centenario para la fiebre o un tónico para la melancolía
para vivir en esta tierra en los inviernos de este clima.
Hoy leía sobre Marie Curie:
debe haber sabido que enfermaba de radiación
su cuerpo bombardeado durante años por el elemento
que ella misma había purificado.
Parece que negó hasta el final
el origen de las cataratas de los ojos
de la piel agrietada y supurante de las yemas de los dedos
hasta que ya no pudo sostener un tubo de ensayo o un lápiz.
Murió como mujer famosa negando
sus heridas
negando
que sus heridas provenían de la misma fuente que su poder.
Power – Poem by Adrienne Rich en inglés.

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Alicia Ostriker

verarubinandromeda

Materia oscura y energía oscura
Mi marido dice que la materia oscura es una realidad
no solo una teoría inventada por computadoras adolescentes
puede probar que existe y está en todas partes
formando halos invisibles alrededor de todo
y de alguna manera debido a la gravedad
sosteniendo todo libremente unido
la forma en que un niño quiere escapar de sus padres
y no quiere … ¿qué es eso?
no sabemos lo que es pero sabemos que es real
la forma afectuosa en que nuestros padres y madres
siguieron con furia órbitas fijas alrededor
uno del otro como ratones en una pista
la manera en que cada átomo humano y cada átomo
corre a través del espacio envuelto en su invisible
halo, esta gran sombra, es la oscura materia oscura
amor, mientras que las galaxias
en la riqueza de sus feroces burbujas protectoras
se miran una a la otra
incapaz de cesar
orgullosamente
retrocediendo.
Poema de Alicia Ostriker dedicado a la astrofísica Vera Rubin.

dark-matter

Dark Matter and Dark Energy

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Diane Ackerman

Cassini-Titan-summer-2013.jpg

Titán, la enigmática luna de Saturno

En Titán, calentado por una manta de hidrógeno,
los volcanes helados arrojan amoniaco
arrancado de un corazón gélido. Lavas
líquidas y heladas sostienen un imperio
más grande que Mercurio, y que se parece un poco
a la primitiva Tierra: llanuras asfálticas y calientes
estanques minerales. Pero
cómo me gustaría tomar las aguas de Titán, bajo
ese cielo surcado por el humo
donde el suelo está borroso por la neblina rojo cereza
y arriba, como vientres flotantes,
nubes
elevándose y moviéndose, de las que llueve
sopa primigenia, mientras la vida espera en las alas.

Diane Ackerman

Titan, the enigmatic moon of Saturn

On Titan, warmed by a hydrogen blanket,
ice-ribbed volcanoes jet ammonia
dredged out of a glacial heart. Liquid
and frozen assets uphold an empire
bigger than Mercury, and even a little
like primitive Earth: asphalt plains and hot
mineral ponds. But
how I’d like to take the waters of Titan, under
that fume-ridden sky,
where the land’s blurred by cherry mist
and high above, like floating wombs,
clouds
tower and swarm, raining down primeval
bisque, while life waits in the wings.

Diane Ackerman versión en inglés

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Venus

Bajo llave y perpetuo,
un silbido giratorio
de rayas blancas
a su alrededor; tafetán
una toca como el manto de una monja;
Una voluptuosa fulana con una boa rosa;
Momia con negros
sedimentos disecados en su interior; estrella avispa
para los galileos Mayas;
Un paciente ambulatorio
Envuelto en gasa postoperatoria;
Cleopatra en agosto-
Su carne ondulada
en un espejismo de calor
a años luz
de Alejandría;
Pulpa blanca pegajosa
con forma de espiga
a través del vientre de una larva;
La perfecta cortesana:
servicial, insensible,
plegada con enigmas,

Venus silenciosamente muta
En su torre de marfil.

En lo profundo de este
libidinoso albedo
hay temperaturas tan altas
que hierve el plomo,
presiones
90 veces más rigurosas
que las de la Tierra.
Y a pesar de las capas de nubes
y de los estratos de calina
parecen respirar
como fuelles gigantes,
que exhalan y suspiran
cada 4 días,
el capullo venusiano
no es una alegre crisálida
que cría una libélula
o que infunde vida
a una retraída larva
sino una jadeante atmósfera
de cuarenta millas de grosor
de ácido sulfúrico, clorhídrico
y fluorhídrico
transpirando todo
como un terrario global,
letal, ácido, absorto en sí mismo.
Ningún musgo esfagno
Ni helecho polipodio por aquí
Donde los vapores candentes
Y la bilis rosada
recuerdan el incendio
con el que comenzó el Universo.

Diane Ackerman. The Planets: A Cosmic Pastoral

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Alison Hawthorne

alison-hawthorne-establopegaso

Los naturalistas
Cuando los naturalistas
ven un montón de excrementos,
corren hacia ellos
como si una rara orquídea
hubiera florecido en su camino.
Desmenuzan
los zurullos desecados
recuperan un grueso
pelo negro de jabalí
o la cáscara de un piñón
como si desenterraran gemas.
Se arrodillan
la nariz en las flores,
a un micrómetro de distancia- flores del vientre,
les llaman, porque se aprecia mejor
lo que hay debajo
si se está acostado. Lomatium,
calabaza búfalo, criptógamas
para ellos son indicios de
parte de la memoria genética
fosilizada en sus cerebros,
una antigua música que intentan
recordar porque,
a pesar de que no pueden
escuchar la melodía, saben
que la podrían cantar
que incluso su propia naturaleza
ira, lujuria, muerte
y terrores parecerían
tan hermosos como las
algas endolíticas
que liberan nitrógeno
en las rocas para que
los enebros puedan ordeñarlas.

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María Cegarra Salcedo (1903 – 1993) la primera mujer perito químico de España y poeta pionera en el uso de motivos científicos y técnicos en su poesía.

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Hidrocarburos que dais la vida: Sabed, que se puede morir
Aunque sigáis
Reaccionando; porque no tenéis risa ni aliento, ni mirada, ni
Voz. Solo cadenas.


La química lo afirma; pero se engaña. No existe la saturación


He sido
una sencilla profesora de química.
En una ciudad luminosa del sureste.
Después de las clases contemplaba el ancho mar.
Los dilatados, infinitos horizontes.
Y los torpedos grises de guerras dormidas.
He quemado mis largas horas en la lumbre
de símbolos y fórmulas. Junto a crisoles
de arcilla al rojo vivo hasta encontrar la plata.
No he descubierto nada.
No tengo ningún premio.
A Congresos no asistí.
Medallas y diplomas
nunca me fueron dados.
Minúscula sapiencia para tan grandes sueños.
Pequeñez agobiante para inquietudes tantas.
Y rebelde ha surgido, como agua en desierto,
el manantial jugoso, intenso, apasionado,
-dulce herencia entrañable- que tiene la riqueza
de llenar de poesía tan honda desolación.

De «Desvarío y fórmulas»
Amiga de Miguel Hernández, éste le dedicó el soneto de El rayo que no cesa, “para mi queridísima María Cegarra con todo el fervor de su Miguel Hernández”

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Wislawa Szymborska

wislawa

El número Pi de Wislawa Szymborska
El admirable número Pi
tres coma uno cuatro uno.
Las cifras que siguen son también preliminares
cinco nueve dos porque jamás acaba.
No puede abarcarlo seis cinco tres cinco la mirada,
ocho nueve ni el cálculo
siete nueve ni la imaginación,
ni siquiera tres dos tres ocho un chiste, es decir, una comparación
cuatro seis con cualquier otra cosa
dos seis cuatro tres de este mundo.
La serpiente más larga de la tierra suma equis metros y se acaba.
Y lo mismo las serpientes míticas aunque tardan más.
El séquito de digitos del número Pi
llega al final de la página y no se detiene,
sigue, recorre la mesa, el aire,
una pared, una hoja, un nido de pájaros, las nubes, hasta llegar
directo al cielo,
perderse en la insondable hinchazón del cielo.
¡Qué breve la cola de un cometa, cual la de un ratón!
¡Qué endeble el rayo de un astro si se curva en la insignificancia
del espacio!
Mientras aqui dos tres quince trescientos diecinueve
mi número de teléfono la talla de tu camisa
el año mil novecientos sesenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco céntimos
dos pulgadas de cintura una charada y un mensaje cifrado
que dice vuela mi ruiseñor y canta
y también se ruega guardar silencio,
y se extinguirán cielo y tierra,
pero el número Pi no, jamás,
seguirá su camino con su nada despreciable cinco
con su en absoluto vulgar ocho
con su ni por asomo postrero siete,
empujando, ¡ay!, empujando a durar
a la perezosa eternidad.
Wislawa Szymborska (Prowent, 1923 – Cracovia, 2012)

 

En la web 11 de febrero aparecen todas las actividades que se celebrarán desde el lunes 6 de febrero al domingo 19 de Febrero de 2017.

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