“Vendrán las lluvias suaves y el olor a tierra / Y el leve ruido del vuelo de las golondrinas…” dice el poema de Sara Teasdale que Ray Bradbury incluye en el relato de Crónicas Marcianas titulado “There Will Come Soft Rains” (Vendrán lluvias suaves).
Y a propósito de Crónica marcianas, la NASA anunció ayer que existen pruebas sólidas de la presencia de agua líquida en Marte. En las imágenes tomadas por la sonda orbital Mars Reconnaissance Orbiter se detectaron vetas superficiales descendentes con variaciones estacionales en las colinas marcianas, lo que se interpreta como un indicio de la existencia de corrientes de agua líquida. Con la llegada del verano al planeta rojo aparecen estos flujos lineales avanzando por sus laderas y cuando llegan las estaciones frías se desvanecen.
Y a propósito de Marte, vamos a recordar a Bradbury y a la poeta Sara Teasdale con el poema de «Vendrán lluvias suaves» incluido en «Flame and Shadow»
«Ya que usted no expresa su preferencia, elegiré un poema al azar». Comenzó a oírse una suave música de fondo. «Sara Teasdale. Según recuerdo, su favorito…»
Vendrán las lluvias suaves y el olor a tierra
Y el leve ruido del vuelo de las golondrinas
El canto nocturno de los sapos en los charcos
La trémula blancura del ciruelo silvestre
Los ruiseñores con sus plumas de fuego
Silbando sus caprichos en la alambrada
Y ninguno sabrá si hay guerra
Ni le importará el final, cuando termine
A nadie le importaría, ni al pájaro ni al árbol,
Si desapareciera la humanidad
Ni la primavera, al despertar al alba,
Se enteraría de que ya no estamos.
El fuego ardía en la chimenea de piedra y el cigarro cayó en un montículo de ceniza en el cenicero.
The voice said at last, «Since you express no preference, I shall select a poem at random. «Quiet music rose to back the voice. «Sara Teasdale. As I recall, your favorite….
There will come soft rains and the smell of the ground,
And swallows circling with their shimmering sound;
And frogs in the pools singing at night,
And wild plum trees in tremulous white;
Robins will wear their feathery fire,
Whistling their whims on a low fence-wire;
And not one will know of the war, not one
Will care at last when it is done.
Not one would mind, neither bird nor tree,
If mankind perished utterly;
And Spring herself, when she woke at dawn
Would scarcely know that we were gone.
The fire burned on the stone hearth and the cigar fell away into a mound of quiet ash on its tray.
Artículo de Lujendra Ojha et al., “Spectral evidence for hydrated salts in recurring slope lineae on Mars,” Nature Geoscience, AOP 28 Sep 2015